Amaneció el día espléndido, cuando bajamos a desayunar, Eva y Antonio ya habían dado sus acostumbrados paseos por Playa Grande entre arena y palmeras, todo muy idílico. Desayunamos los cuatro abundantemente para tener fuerzas en nuestras visitas.
Comenzamos por Bolnuevo, que es una
pedanía de Mazarrón de unos 1000 habitantes, que ahora es muy turística
pero que antiguamente era un pequeño pueblo de pescadores. Aquí se
encuentra uno de los principales símbolos del municipio, las formaciones
geológicas conocidas como "Las Gredas" o "La Ciudad Encantada", con
setas rocosas de varios metros de alto y una pared rocosa modelada con
formas parecidas. Allí nos hicimos una sesión fotográfica para el
recuerdo y que aquí podemos ver una muestra.
Eva, Antonio e Isabel |
Eva, Andrés e Isabel |
Eva al pie de las Gredas |
En primer plano Isabel, al fondo Eva parece sujetar una de estas formaciones rocosas |
Eva en el paisaje encantado de Bolnuevo |
El aire, muchas veces acompañado de partículas de arena y agua, han modelado los curiosos perfiles de estas Gredas, dando forma a lo que también ha sido conocido como el "paisaje encantado de Bolnuevo", una belleza que en ocasiones, y durante las fiestas patronales, es utilizado como parte de un escenario para la celebración de alguna actuación artística.
Antonio y Eva en la Escuela de Buceo Rivemar |
Terminada nuestra visita a Bolnuevo, nos dispusimos a ver la Azohía. Es una pequeña localidad pesquera donde es típica la pesca a la almadraba, que es un arte para la pesca del atún, la más simple de las cuales consiste en situar dos barcos a cierta distancia entre los que se cala una red somera sujetada con un palangre en la que se recogen los peces. Sus playas son tranquilas y limpias, con agua a buena temperatura. A su alrededor hay varios restaurantes para degustar distintos tipos de arroces, pescado de la zona, etc.
En el bar de la Escuela de Buceo |
Nuestra visita se debía fundamentalmente porque Guadalupe (hija de Antonio y Eva) se sacó aquí el título de buceo y a sus padres les hacía ilusión ver el lugar. Allí conocimos a sus monitores y la chica del bar se fotografió con nosotros para enviar la foto a Lupe por whatsapp que le dio mucha alegría. Nos sentamos en el bar que hay, con una cerveza bien fría y contemplamos las vistas espectaculares que hay. Es un sitio ideal para relajarte y además si quieres puedes practicar buceo en varias escuelas que hay.
De vuelta al Puerto de Mazarrón para comer, buscamos a un antiguo amigo
de hace más de 30 años de Antonio Higueras. Según Antonio era muy
conocido y no sería difícil la tarea de encontrarlo. Nuestro hombre se
llama Saturnino Agüera, explorador, arqueólogo autodidacta, vendedor de
prensa en Mazarrón ya jubilado, tallista de fantasías en sus numerosos
bastones, pintor y mil cosas más.
Antonio Higueras y Saturnino en la puerta de su casa en Mazarrón |
Enseguida encontramos su casa, una peculiar casa, singular donde las haya, construída y decorada por él mismo, que nos enseñó con mucho gusto. Un momento interesante fue cuando Antonio Higueras sacó la conversación de los bastones, bastones tallados por Saturnino Agüera que acariciaba mientras nos explicaba cada una de las tallas de los mismos. Con especial ahínco nos explicó el bastón que tiene tallada la parábola completa de San Nicolás, pero también otros con gnomos, hadas y trolls que trepan por el báculo de acacia en un relato que Saturnino nos hizo con el cariño y ternura de un amigo de muchos años.
Después de este bonito tiempo con Saturnino Agüera nos fuimos a comer al puerto, mucha gente, muchísima gente, colas interminables, pero comimos, tarde pero comimos y seguidamente cafetito a la sombra y paseo por la playa, después descanso en el hotel.
Por la tarde, después del consabido descanso de la siesta, Lorca, Viernes Santo de Lorca. Impresionante. Lorca es la tercera ciudad de la comunidad autónoma después de Murcia Capital y Cartagena, con casi 100.000 habitantes. Lorca es conocida por su Castillo, su arquitectura barroca y sus procesiones de Semana Santa, declaradas fiesta de interés turístico internacional, amén del desgraciado terremoto de hace unos años.
Es fundamental para comprender el Viernes Santo de la Semana Santa de Lorca pasar todo el día allí desde primera hora de la mañana. El Viernes Santo es el día del año más importante para Lorca; el más esperado por todos los lorquinos y el más recomendable para el turista. Nosotros, sin embargo, sólo asistimos al principal Desfile Bíblico-Pasional de la Semana Santa de Lorca, que se celebra a partir de las ocho de la tarde. Por la mañana tuvo lugar una procesión muy antigua que data de 1600, llamada Procesión Penitencial del Calvario.
Aunque se recomienda ocupar con bastante antelación las tribunas situadas en la Carrera Oficial (Avenida Juan Carlos I) pues una vez iniciado el desfile, es difícil y muy incómodo ocupar las localidades, nosotros hicimos justamente lo contrario ya que no teníamos ni localidades. Así que nos colocamos como pudimos entre el público para presenciar algo indescriptible, el principal Desfile Bíblico-Pasional de la Semana Santa de Lorca, el Cortejo, en el que las cofradías lorquinas echan a la calle todo su patrimonio artístico. Aunque es típico en Lorca llevar a la procesión la «merienda-cena» para tomarla mientras se disfruta del espectáculo único, nosotros por razones obvias no lo llevábamos y cenamos en un bar mientras se desarrollaba dicho desfile, que dura más de cuatro horas y en él participan más de 1.000 figurantes y 400 caballos.
El Cortejo de Lorca, concebido como un gigantesco auto sacramental, narra la Historia de la Salvación, es decir, el Triunfo del Cristianismo sobre las culturas paganas. Se trata en definitiva de un fenómeno de difícil explicación donde los actos festivo-religiosos, marchan paralelos a los festivo-profanos. El historiador y experto en la Semana Santa lorquina, Domingo Munuera, conjetura que el origen de la rivalidad entre blancos y azules, la aparición de figuras bíblicas en las procesiones de Lorca y el exacerbado devocionismo hacia las imágenes titulares de estas dos cofradías, se podría situar en el hecho de que el pueblo de Lorca se siente identificado plenamente con el pueblo de Israel, como el «pueblo elegido» en su lucha por la liberación y redención mediante figuras cristológicas (Moisés, Salomón, David) y premarianas (Débora, Esther) presentes en los desfiles lorquinos, figuras con las que se forma el colofón apocalíptico con el que termina el Cortejo de Viernes Santo: el Triunfo del Cristianismo (Paso Azul) y la Visión de San Juan (Paso Blanco), humanizando lo divino y lo sagrado.
Definitivamente... !!! Cuando tenemos planeao el próximo viaje??? Adri y yo nos apuntamos !!!! Ya somos 6!!!
ResponderEliminar