jueves, 12 de febrero de 2015

Gandía: Visita a Bocairent



Una vez conocida y visitada Gandía, es recomendable desplazarse a Bocairent situado a unos 60 km. y una hora en coche aproximadamente. Es un pueblo pequeño, no llega a 5.000 habitantes, pero muy rico en historia, desde el Neolítico, iberos, romanos, árabes, cristianos han dejado sus huellas en las costumbres, formas de vivir, construcciones, etc. de los bocairentinos. La etapa islámica fue una de las más prósperas y la que ha dejado un mayor legado. La música tradicional, la gastronomía, las fiestas y algunas tradiciones así lo demuestran. En 1245 la población pasó a formar parte de la Corona de Aragón. En 1418 fue declarada Villa Real y en 1587 Felipe II le otorgó el título de Real Fábrica de Paños, que dotó a Bocairent con el Libro de los Privilegios, es decir, la reglamentación corporativa de las actividades textiles, actividad que ha continuado hasta nuestros días.
Panorámica de Bocairent desde la carretera

Cuando nos acercamos por la carretera se contempla una impresionante panorámica del pueblo, por lo que la visita al casco antiguo de Bocairent, declarado conjunto histórico-artístico, se hace imprescindible. El trazado de sus calles es del más puro estilo árabe, con subidas y bajadas, escaleras, revueltas, plazoletas , callejones... Un paseo por las empinadas calles, que es conveniente realizar con el calzado adecuado, nos descubrirá rincones de gran belleza.

Nuestra visita coincidió con el último día de las fiestas de Moros y Cristianos que se celebran en honor de San Blas. Llegamos alrededor de las cuatro de la tarde y hasta las cinco no se reanudaban los actos festivos, por lo que nos dió tiempo de visitar el pueblo y su Barrio Medieval. Un auténtico placer para los sentidos perderse por sus interminables escalones arriba o abajo y callejones imposibles. No te puedes imaginar hoy día esta manera de construir casas en lo escarpado del terreno. El frío reinante no hizo mella en nuestro interés por conocer esas plazoletas, pequeñas ermitas y miradores en los laterales del barrio. No te cansas de pasear hasta que las pendientes te dejan sin aliento.

La primera parada en la Plaza del Ayuntamiento, animadísima de moros y cristianos, bandas de música (hasta nueve conté) y cafés y restaurantes llenos animados por dichos músicos.


Estas chicas, muy amablemente nos contaron que desde el viernes llevaban de fiesta, rememorando la proclamación de San Blas como patrón el 6 de noviembre de 1632. El sábado se desarrolló el acto más multitudinario con la entrada de las tropas cristianas y moras. Más de sesenta formaciones musicales marcaron el ritmo a las ochenta escuadras, la mitad con trajes especiales, y los nueve boatos previstos por las capitanías de esta edición durante más de cinco horas. Caballería, halconería, dromedarios, camellos, ballets, abanderados o carrozas artísticas formaran parte del séquito de Espanyoletos, Granaderos, Contrabandistas, Terç de Suavos, Estudiantes, Moros viejos, Marrocs, Moros marinos y Mosqueteros, efectuándose a la conclusión del desfile, la revista de tropas, un acto único de la localidad.

El domingo  con la caída de la noche, los cirios y los “Vítol al patró sant Blai” acompañaron la procesión al patrón cuyos momentos culminantes tuvieron lugar con la llegada a la plaza del Ayuntamiento del Guión pintado por Joaquín Sorolla y la reliquia e imagen del santo. Centenares de velas y fuegos artificiales fueron los encargados de alumbrar la caída de miles de papeles de colores en una escenografía que desborda los sentimientos de todos los presentes. Tras la reanudación de la marcha, la emotividad reapareció con la finalización del acto en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora y el canto del Himno a san Blas.

Hoy martes, 10 de febrero, se ha subido en romería a la ermita del Santo Cristo y una vez acabada la misa de Acción de Gracias, el Embajador Moro recitó el “Despojo del Moro”. Éste, al desprenderse de sus regias vestiduras, hace pública la profesión de fe y se convierte al Cristianismo.


Por la tarde a las cinco, se reanudaron los actos con el “Te Deum” de Acción de Gracias en la Iglesia de la Asunción, acto al que asistimos, y posteriormente se realizó el cambio de Bandas a los capitanes y alféreces del próximo año.
Entrando Iglesia Asunción
Iglesia Asunción
























Antes de que empezaran estos actos, nos dió tiempo de visitar una cafetería excavada en la roca, el Mirador de la Sierra Mariola que tiene una leyenda que más o menos habla de hace 2000 años, en la época de la dominación romana, y en concreto mientras Tiberio Claudio Nerón fue emperador. En aquella época el gobernador de estas tierras, que al parecer se había enriquecido con la explotación de alguna mina de oro que las crónicas dicen existían en esa época, se llamaba Sexto Mario y tenía una hija llamada Mariola. La quería y temía tanto por ella que a un comerciante africano le compró un cachorro de pantera negra y se lo regaló para que siempre estuviesen juntas, y así la protegiera. Las riquezas de Sexto Mario despertaron el deseo del propio emperador. Cuando Tiberio Claudio Nerón pensó en hacerse con aquellas riquezas, urdió casarse con la joven Mariola, que a menudo se la veía paseando por la sierra en compañía de su pantera. Pero la joven rechazó al emperador porque estaba enamorada de otro joven, y el emperador que no aceptó aquel desplante, planeó como buscar la ruina de aquella familia y de paso confiscar todos sus bienes.
El emperador entonces llamó a su corte a Sexto Mario y a su hija, con una excusa, sólo que Sexto se imaginó que era una trampa y le dijo a su hija que no acudiera y se ocultara en lo mas intrincado de la sierra con su pantera. Al llegar Sexto Mario a Roma fue acusado de incesto y condenado a morir arrojado desde la roca Tarpeya. Cuando los soldados acudieron a buscar a Mariola no la pudieron encontrar, oculta enmedio de la sierra, y ya nunca más se supo de ella. Desde entonces pastores, campesionos y caminantes dicen que a veces al atardecer se ve una figura que parece que flota por los riscos seguida de una negra sombra a cuatro patas.


La Plaza de toros de Bocairent constituye una pieza única y singular por su originalidad ya que está excavada en su mayor parte en roca viva. Se sigue utilizando tanto para su uso original como para un gran número de actividades festivas y culturales. Dispone de seis corrales, igualmente excavados en la roca; de matadero; de enfermería, y de capilla. Constituye el recinto taurino más antiguo de la Comunidad Valenciana ya que data del 1843. Tradicionalmente, esta plaza ha sido considerada como una cuna del toreo y como un trampolín para torear en plazas más relevantes. Por eso mismo, por ella han pasado las figuras más grandes del toreo de todos los tiempos.

En la próxima visita nos detendremos en las cuevas donde se guardaba la nieve, las covetes dels Moros, las ermitas, etc.


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