Como todos los días, después de desayunar, hemos realizado nuestra visita turística de rigor. Algunas excursiones merecen un día completo, pero nosotros las hacemos sólo de mañana, "comer y echar la siesta después, es sagrado". Además hay que estar descansado y lúcido para los karaokes caseros que montamos por las tardes. En otro momento hablaré algo de ellos. Consensuamos la salida de hoy a Riotinto, aunque reconozco que me nombraron manijero el primer día y siempre íbamos donde yo decía. Rafael y Ángel son unos santos y sus mujeres más.
A las nueve aproximadamente, salimos del hotel Barceló
Beach Resort de Punta Umbría (Huelva), donde estábamos alojados, y tomamos camino de Riotinto (me equivoqué de carretera y dimos una poca vuelta de más, pero poca cosa). Pasamos por Valverde del Camino y visitamos una fábrica de calzado, aunque no compramos nada, perdimos mucho tiempo mirando y probando zapatos y botas.
Ésta fue la fábrica que visitamos |
Continuamos nuestro camino y enseguida llegamos a Riotinto. Esta es una visita que debe durar un día completo para ver el Museo, la mina Peña de Hierro, paseo en el tren y la casa 21 del barrio inglés. Nosotros hicimos nuestra visita sólo por la mañana, empezando por el Museo.
Desafortunadamente no pudimos subir en el tren minero porque sólo sale cuando hay un grupo suficientemente numeroso. El viaje en el tren minero permite ver el impresionante color del río y
el espectacular colorido del terreno, pareces estar en otro planeta. La mina
Peña de Hierro, a cielo abierto y el lago que se ha formado en su
interior forman un paisaje único. El ferrocarril realiza el trayecto Talleres Mina-Los Frailes (22 Km.
ida y vuelta) con la máquina tracción diésel. Hay domingos que sale a
las 13:30 y 14:30 y se realiza con máquina tracción vapor en el
trayecto Talleres Mina- Zarandas (10 km. ida y vuelta).
Aspecto del Río Tinto |
Francisca, Elvira e Isabel posan en el jardín de la famosa casa 21 |
Rafael junto al naranjo de la casa 21 |
Isabel en el jardín del Bario Inglés de Bella Vista |
Y tras esta visita nos fuimos a ver las instalaciones mineras junto a la Necrópolis Romana, donde se aprecia cierto nivel de actividad, quizás debido a la situación económica global y al creciente precio de los metales, especialmente del cobre, por lo que se abren nuevas expectativas en los yacimientos de Río Tinto
La Necrópolis romana enclavada en dos suaves cerros contiguos a la Aldea de
La Dehesa, uno de ellos en el interior de las instalaciones de la
actual empresa minera. Este cementerio, en origen de una gran extensión,
ha sido cercenado y destruido por distintas acciones relacionadas con
los trabajos de explotación minera y de inserción de distintas
infraestructuras industriales.
Por último nos dirigimos a la Mina Peña de Hierro. Es una experiencia irrepetible, es otro mundo, el paisaje impresiona, merece la pena ver en realidad lo que tantas veces hemos visto en fotografías. Es realmente sorprendente, por su colorido, debido a la cantidad de minerales que hay en la tierra y por la transformación que ha desarrollado el hombre para sacarle provecho. Lo más llamativo de todo es el color del agua, rojiza, por las altas concentraciones de minerales y los microorganismos que en ella habitan.
Y vuelta al hotel para echar la siesta y reponer fuerzas.
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