lunes, 28 de julio de 2014

IV. Viaje a Suances.- Llegada a SUANCES

Habíamos salido hacía apenas una hora de Fontibre y ya estábamos en nuestro destino, SUANCES.
La llegada no es muy fácil, a causa de las diferentes carreteras secundarias que hay que tomar al dejar la Autovía A-67 en Torrelavega. Hay que dirigirse a Barreda y por la C-132 se llega a Suances y ya allí se pasa por el centro del pueblo y nada más dejar a la izquierda la estación de autobuses, hay que tomar el desvío a la derecha con dirección al puerto y muelle. Una cuesta abajo con mucho tráfico y curvas. Más tarde aprendimos un atajo. Una vez en la zona costera de playas, buscamos nuestro hotel el "Playa Ribera" y nos instalamos. No dispone de parking, sólo 5 plazas en la calle para el primero que llegue, pero se aparca muy fácilmente en las inmediaciones.

Unas copas de champañe de bienvenida y diariamente agua mineral y bombones por cortesía del hotel. Las instalaciones son nuevas y modernas. El wifi funciona perfectamente y gratuito. La cama muy grande y con un buen colchón para dormir y descansar adecuadamente y 22º la temperatura de la habitación. El baño muy limpio. En fin, un buen hotel para descansar en Suances. El desayuno era tipo bufet, muy bueno y abundante. Todo ello por 100 euros al día con desayuno incluido.

Una vez instalados y aseados, salimos a dar un paseo para conocer el terreno. Lo hicimos en coche para tener una visión más rápida y global del lugar. Cuando tuvimos una idea del conjunto y de los lugares más turísticos, aparcamos nuevamente el coche en el hotel, esta vez en uno de los aparcamientos reservados que estaba libre, y nos dispusimos a ir a cenar dando un paseo.

Nos informaron que había un restaurante, el más conocido y mejor de la zona, llamado La Dársena del Pescador y allí que nos encaminamos. Está situado en la zona del puerto, frente a la Playa de La Ribera, muy cerca andando desde nuestro hotel. Tiene una terraza fuera, donde se puede disfrutar de la enorme variedad de tapas y raciones con sabor a mar, haciendo honor a su nombre. Dentro del bar, que es bastante grande, tiene una barra amplia, y a la derecha, según se entra, una zona un poco más elevada con mesas donde se puede comer pero sin la comodidad, amplitud y servicio del comedor. Más adentro a la derecha está el comedor decorado de forma moderna.


Lo más curioso es la carta, que está formada por un cuadernillo del tamaño, tipografía y estilo de un periódico. Es como si estuvieras leyendo el diario El Mundo. De hecho, creí que era un periódico para leerlo mientras traían la comida. 
Pedimos una ración de rabas, pulpo con espuma de pimentón a la brasa y merluza en salsa verde con cocochas y almejas. Para beber unas jarras de cerveza. 
Son famosas las rabas (calamares fritos en tiras) de Suances justamente sazonadas con sal, enharinadas, y fritas en abundante aceite de oliva a alta temperatura, como las preparan en La Dársena y presentan de manera curiosa en una fuente sobre un papel del periódico (el mismo que sirve de carta). Estaban riquísimas.
El pulpo con espuma de pimentón a la brasa, sensacional, se deshace en la boca. Y la salsa para chuparse los dedos.
Pulpo con espuma de pimentón a la brasa
Al final las rabas 12 €, el pulpo 16.50 €, la merluza 18 € más la bebida, pan, etc. 55 euros en total.
Ya de camino al hotel nos paramos a tomarnos unos helados riquísimos. Isabel pidió uno de Tutti Frutti y yo uno de turrón. Enormes en todos los sentidos (bien "despachaos" como decimos aquí), eran montañas de helado. En este punto me acordé de mi amigo Pepe G. que es un goloso.

Heladería donde ponen montañas de helado en el cucurucho
 
En el hotel algo de whatsapp para informar a los amigos, poner algunas notas en orden y a dormir. Había que descansar porque al día siguiente íbamos a patear Suances y ver sus playas, su muelle y puerto, el paseo marítimo, faro, etc.
A. Redondo 

No hay comentarios:

Publicar un comentario