martes, 29 de julio de 2014

V. Viaje a Suances.- SUANCES


El día amaneció con nubes y claros y frecuentes chubascos, durante el desayuno planificamos el día en función del tiempo. Pensamos conocer el municipio haciendo los pequeños desplazamientos con el coche por el tema de la lluvia y porque los lugares que queríamos ver estaban relativamente distanciados entre sí. Nos pusimos los chubasqueros, aquí son imprescindibles, y comenzamos la marcha.
Ayuntamiento
Antes que nada, tengo que reconocer que Suances es uno de los municipios más bonitos de la comunidad cántabra y su situación es privilegiada por la cercanía de Torrelavega o pueblos como Santillana del Mar o Comillas. Especialmente bella es la ría de Suances, también conocida como San Martín de la Arena, formada por la desembocadura unida de los ríos Saja y Besaya. La ría conforma un puerto natural entre acantilados, los de Punta del Dichoso, en el que muchos historiadores ubican el "Portus Blendium" romano, famoso en épocas pasadas por su armada y gran movimiento comercial, que le convirtieron en la vía de penetración más importante de la costa cantábrica.
Ría de Suances formada por la desembocadura unida de los ríos Saja y Besaya

Suances es tierra de amplio y variado contenido histórico y artístico: iglesias, ermitas, restos de torres y casonas denotan una constante superposición de culturas.
Iglesia de Nuestra Señora de Lindes
Tribus prerromanas, romanos y todo tipo de gentes se han empeñado por habitar esta tierra que sigue conservando el encanto y la singularidad que la hizo característica. Suances es la localidad más importante del municipio que está formado por cinco pequeños pueblos en un entorno costero de gran belleza, que cautiva por sus parajes y lugares de ocio en la parte occidental de Cantabria y sólo a 32 km. de Santander.


Puerto
Hay algunos edificios para visitar y disfrutar como la iglesia parroquial de Nuestra Señora de las Lindes, la capilla del Carmen, la Casa de los Polanco, la Quinta del Amo, la casona de la familia Ferrero, el Colegio San José, el Ayuntamiento o el Castillo de Ceruti. Sin embargo, nosotros dedicamos el tiempo en el pueblo a descansar y comer para tener fuerzas en las visitas clásicas de la comunidad cántabra.
Vista del puerto

A mediados del siglo XIX comenzó a generalizarse en la villa la práctica de los baños, siendo las playas de Suances el mayor reclamo turístico del municipio, atrayendo a los veraneantes de la época, que comienzaron a construir los primeros chalets y villas de recreo. Y es ya en la segunda
Otra vista del puerto
mitad del siglo XX cuando se consolida como uno de los destinos más solicitados de la oferta turística del norte. En la actualidad es una villa eminentemente turística, desarrollada en torno al conjunto de playas que se agrupan en la Punta del Dichoso. Entre las formaciones rocosas observamos extensos arenales, destacando la playa de Los Locos, idónea par la práctica del surf, y la de Tagle, que invita a contemplar en los largos atardeceres del verano espectaculares puestas de sol. 

Playa de los Locos
Pero es la playa de La Concha la más amplia, encontrándose además dentro del entorno más urbano, con un magnífico paseo marítimo y una formación de dunas muy bonitas que separan paseo y playa.
En el Faro, al fondo detras de las rocas está la Playa de los Locos
 
Faro de Suances

 
Playa de la Concha


Dunas en la Playa de la Concha

Dunas en la Playa de la Concha

Paseo marítimo de la Playa de la Concha

 
Paseo marítimo de la Playa de la Concha

Hasta que, ¡oh casualidad! encontramos un mercadillo. Y ahí acabó la visita. A media mañana el tiempo había aclarado, las nubes se marcharon y un espléndido sol nos acompañó durante ese y varios días más.


En fin, ¡qué queréis que os cuente! que me fui a tomar una cerveza mientras Isabel miraba, se probaba, etc., etc. Al final, fui yo quién se compró unas deportivas "ADIDAS" a unos nigerianos por 20 € para andar cómodo. Yo miro poco cuando la mercancía es buena.


Eran las dos y media y como pude, conseguí salir de aquélla marabunta de tiendas, coches mal aparcados, etc. y nos fuimos a comer. Elegimos el restaurante El Rincón de Ernesto, que está a 50 metros del hotel y ya le habíamos echado el ojo al salir.
Terraza donde comimos
Muy bonito y bien decorado, está atendido por las hijas de Ernesto, muy atentas y que nos aconsejaron muy bien en todo momento. Pedimos una botella de tinto, una ensalada y una parrillada de pescado y marisco. Verdaderamente estaba tal y como nos aconsejaron, "del 10", acordándome de José Luis. Tenía dos partes, una a base pescados variados del día y otra encima con mariscos también a la plancha. Una barbaridad. La parrillada 45€, el vino 12€, la ensalada, el pan, el postre y de regalo, unos chupitos, TOTAL 70 euros. Quedamos en volver a comer un arroz marinero caldoso que nos recomendó la hija de Ernesto, pero ya no tuvimos tiempo, las vacaciones no son infinitas.

Eran ya las cinco de la tarde y nos fuimos a dormir la siesta (menos mal que el hotel estaba a unos pasos), porque entre el vino y el pescado, no estábamos para andar mucho. 

Cuando despertamos eran ya las ocho y tras asearnos, actualizar mis apuntes para luego escribir este blog y whasappear algo con los amigos, nos dispusimos a salir para ir a cenar. Pensamos que sería interesante probar en el Restaurante El Marinero, otro que dicen es de los mejores de Suances. Aunque no teníamos muchas ganas de comer, hicimos un esfuerzo y nos sentamos en la terraza.
Pedimos una ensalada de ventresca y anchoas con pimientos asados y cebolla al Oporto, unas rabas de aquí de calamar fresco de Suances y unas navajitas a la plancha. Las navajitas riquísimas y sabrosas, muy buenas. El resto normal. Aquí las rabas las presentan en una especie de rejilla como las que llevan las freidoras eléctricas.
Hice una foto a la carta porque ¡oh sorpresa! tienen un plato de jamón ibérico de Los Pedroches a 19 euros.
Jamón Ibérico Los Pedroches Campeón de España de cata a ciegas 2013
Las navajas sabrosísimas


Las rabas en su cesta de alambre


















Como el día anterior, cuando volvíamos al hotel nos paramos a tomarnos un heladito, con tan mala fortuna que había bastante cola. Isabel dice vamos a otro sitio, ¡si están igual de buenos en todas partes! y así lo hicimos. Dos locales más abajo había otra heladería que en ese momento estaba sola. Le conté la historia de las montañas de helado del día anterior de su vecina y comenzó a sonreir. 
Para que os hagáis una idea de la vitrina

Total que nos pedimos uno de mora para mí y uno de pistacho para Isabel. ¡Ay mi madre! esta vez no era una montaña, era la Cordillera Cantábrica entera. Me chorreaba el helado por todas partes. Se llama heladería "Covadonga Momento Inspirador" los helados son fuera de serie.

Ya en el hotel, preparamos los mapas y la ruta a seguir al día siguiente, que ya era miércoles. Por la mañana Santillana, la comida y la tarde en Comillas.
A. Redondo 

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