Habíamos
terminado de asistir al VII
Encuentro Eleusino
en Castilfrío de la Sierra (Soria) durante el fin de semana, y con el espíritu
pleno de los conocimientos recibidos, nos dispusimos a realizar el viaje a
Suances (Cantabria). Era el tiempo de abastecer y dar gusto ahora al estómago y
otros aspectos más terrenales de nuestra existencia.
Estuvimos
estudiando la ruta a seguir, contemplando la posibilidad de tomar la que
atraviesa La Rioja. Por este camino a pocos kilómetros de Castilfrío está
Oncala, que posee un "Museo de Tapices" declarado Bien de
Interés Cultural con una colección de diez tapices flamencos, ocho de los
cuales están tejidos sobre cartones de Rubens y los otros dos de motivos
profanos y nos apetecía mucho verlos. Pero como en las dos ocasiones anteriores
que hicimos el mismo propósito, no fuimos, esta vez no podíamos irnos sin la
visita a Oncala.
Adelantamos
la salida al domingo por la tarde y finalmente elegimos la ruta de Burgos, más
corta en kilómetros y tiempo, ya que conocíamos La Rioja de viajes anteriores y
preferimos ir a Oncala y volver a Soria para tomar la N-234 a Burgos.
Oncala
se encuentra a unos 12 km. de Castilfrío de la Sierra por la carretera SO-615.
A los 15 minutos ya estábamos aparcando en la parte trasera de la Iglesia de
San Millán, donde se encuentra el Museo
de Tapices. Por el camino pasamos por el Puerto de Oncala de 1.454 metros de
altitud y durante varios kilómetros la carretera se encuentra con balizas de
señalización de nieve por lo que en invierno el paso por estas Tierras Altas de
Soria tiene que ser dificultoso. El paisaje está sembrado de aerogeneradores
que contrastan con tierras de pastos donde se practicó la trashumancia,
regulada por el Honrado Concejo de la Mesta (órgano de autogobierno de la
agrupación de las mestas, asociaciones de pastores, de ganaderos, creado por
ellos mismos y elevado a institución oficial autónoma por el rey Alfonso X el
Sabio en 1273). Hasta bien
entrado el siglo XVIII a las tierras altas de Oncala acudían en verano los
rebaños de ovejas merinas procedentes de Extremadura y de Castilla-La Mancha,
donde habían pasado el invierno, en busca de pastos frescos y abundantes.
Aunque
está prohibido hacer vídeos y fotografías, hice algunas sin flash, saltándome
la norma. La Iglesia de San Millán, de estilo neoclásico con planta de cruz
latina, guarda en su interior un Museo de Tapices que cuenta con una espléndida
colección de diez paños de escuela flamenca realizados en el siglo XVII
adquiridos y donados por el prelado Juan Francisco Ximénez del Río que los
compró a la catedral de Valencia, que los puso a la venta en pública subasta. La
construcción de esta iglesia fue financiada por Juan Francisco Ximénez del Río,
natural de Oncala,que llegó a ser obispo de Segovia y arzobispo de Valencia.
También fue él quien cedió la colección de tapices. El retablo mayor está
dedicado a San Millán de la Cogolla, santo que lo preside en una talla de la
primera mitad del siglo XVIII, en la que aparece, como patrón de los pastores
que es, vestido de monje con un sayal negro y portando el cayado clásico de
pastor, con un cordero acurrucado a sus pies.
De julio a agosto, se puede visitar de 11:00 a 13:30 y de 17:00 a19:00 horas. El
resto del año hay que concertar la visita con D. Pedro Arancón (+34 975 381133)
con dos días de antelación. El precio de la entrada es de 1,5 euros.
Hay
un guía que explica tanto la historia de la Iglesia como de cada uno de los
tapices. Por cierto, que uno de ellos (Recogida del Maná) se encontraba en Aranda de Duero en la
Exposición “Las edades del hombre”. Estos paños se realizaron en Bruselas, en
el taller de Frans van den Hecker, pues así lo declara su marca F·V·H, a
mediados del siglo XVII. Nada más entrar te encuentras colgado, como todos, frente
a la puerta el magestuoso paño Sacrificio de la Ley Mosaica, de 6 metros y
medio de largo por algo más de 4 metros de ancho. Pertenece a la colección de los
ocho tapices con escenas referidas a la Eucaristía, tejidos a partir de copias
de los cartones que Rubens diseñó como modelo para los paños conservados en las
Descalzas Reales de Madrid. Esta serie de tapices fueron donados por Juan
Francisco Ximénez del Río, natural de la localidad, que había sido obispo de
Segovia y de Valencia, y que hoy lucen en todo su esplendor tras restaurarse
entre 1988 y 1993.
También
de grandes dimensiones, parecidas al anterior, es el Triunfo de la Eucaristía sobre la idolatría, en el que se muestra a
unos personajes paganos
que, dispuestos a sacrificar un toro,
quedan aterrorizados ante la aparición de un ángel
con el cáliz en la mano. La luz cegadora que desprende lleva a los paganos a
cubrirse el rostro con los brazos y a alejarse del foco violentamente, de
manera que se les cae el ara. En la parte superior derecha unos personajes
atizan el fuego ante Júpiter,
representado por una recreación de la estatua de Zeus olímpico de Fidias. A
pesar de su gran teatralidad –es un verdadero escenario en que el telón se
recoge con unas anillas en la parte superior– la simbología no necesita
especial explicación: la luz del verdadero sacrificio, la Eucaristía, que emite
el cáliz, hace retroceder a los falsos ritos paganos, que ven desmoronarse su
mundo de ídolos.
Como
todos los demás de la serie, Elías y el
ángel, Recogida del maná, Sacrificio de la Ley Mosaica, Triunfo de la fe, Triunfo
de la Iglesia, Triunfo del Amor divino, representan escenas de la
Eucaristía, merece detenerse en el Encuentro de Abraham y Melquisedec, también
de enorme tamaño, situado justo enfrente del Triunfo de la Eucaristía sobre la
idolatría. Con gran efectismo, el encuentro entre los dos personajes bíblicos
simula desarrollarse en un espacio que solo es visible gracias a que tres
querubines retiran una cortina para que lo podamos contemplar, todo ello
enmarcado por una esplendorosa arquitectura de columnas entorchadas, que
sostienen un entablamento no menos destacado. La mancha marrón que se observa
en el caballo es consecuencia del deterioro de esa parte que no se ha querido
restaurar.
Los
dos tapices de la Serie Galante de dimensiones similares (aproximadamente 3,5
por 2,5 metros), se denominan respectivamente Pareja con músico y Escena galante.
Terminamos
la visita con una foto general del pueblo de Oncala desde la iglesia, que está
en alto.
Seguidamente continuamos nuestro viaje retrocediendo por la misma carretera hasta
Soria para tomar allí la de Burgos. Nuestro
primer objetivo iba a ser la visita a Aguilar de Campoó, que tiene mucho para
ver y disfrutar, sobre todo en el mundo del románico. Por eso elegimos esta
carretera. Nos separan 250 km. por la N-234 y N-627 (unas tres horas de
camino). Arrancamos.
A. Redondo
Muy bonito el museo de los tapices de Oncala y muy bien explicado.
ResponderEliminarCon que detalle lo explicas todo. Pues a seguir viendo y disfrutando...
ResponderEliminarGracias JO
Eliminar